03 julio, 2007

BONSÁI


Vuelvo a la carga. Empiezan mis pseudo-vacaciones y tengo que recuperar el tiempo perdido. Entre comillas, porque todos esos libros que debí leerme en invierno ya no los leeré nunca, ni nunca leeré los que tendría que leerme en su lugar este verano… qué fácil es alterar el orden vital (¡Oh, fatalidad!)

Reflexiones estúpidas a parte (pequeño intento encubierto de disculpa por mi ausencia) hoy voy a escribir sobre un cuento largo (novela, al parecer), el último regalo que he recibido y que desde aquí agradezco otra vez.
Qué le voy a hacer, a una le encanta que le regalen libros. Y si son interesantes, mejor.
Hablo de Bonsái, la segunda novela, se dice se comenta, de un fulano llamado Alejandro Zambra. Joven poeta chileno. Por lo visto muy joven, pero he pasado de averiguar cuánto exactamente. No vaya a ser que sea demasiado joven (¿más que yo, y publicando libros y siendo crítico literario? Eso es vida, eso es plan) El tema (y voy a copiar literalmente lo que otro ha escrito, porque me ha gustado) es: “chico conoce a chica, salen juntos un año, ella lo deja, él sigue enamorado, ella se va a Madrid, él sigue enamorado, pasa el tiempo, él sigue enamorado, ella se suicida, él sigue enamorado, años después se entera, él sigue enamorado” Parece poco original, si si si. Sin embargo en realidad si algo es este libro, es justo eso. Porque como lector, uno no se involucra demasiado en la historia (o, mi eterna duda, a lo mejor si. Pero yo no) Más bien los hechos se suceden, a veces un poco sorprendentemente, no creo que pueda decirse que de forma inconexa, pero si sin detalles, sin explicaciones superfluas (¿superfluas? Bueno, eso depende de lo cotilla que te sientas ese día a esa hora) y uno resbala por ellos un poco como si estuviera ojeándola, echando un vistazo simplemente. No recuerdo que me haya pasado antes. Según la persona que escribió la contraportada, Borges recomendaba escribir como si se estuviese redactando el resumen de una obra ya escrita y parece que el autor se ha tomado, almenos por esta vez, ese consejo bastante en serio ¡Cuántas novelas gordas se habrán desarrollado a partir de algo así! Y sin embargo, al acabar el libro, no se echa en falta toda la paja que se le podría haber metido. Que es mucha. Así que me apetecía comentarlo, por si tampoco conocíais a Alejandro Zambra. Aunque en fin, conociendo el percal… apostaría que no he hecho ningún descubrimiento. Esto es sólo por si acaso ;)

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