14 julio, 2009

CORALINE (Neil Gaiman)

Aunque está claro que el curso de la Historia no va a cambiar por esto, he vuelto. Ha sido un año duro. Ahora tengo algunas cosas que contar y muchas en las que ponerme al día, así que cuanto antes empiece, mejor.

Neil Gaiman sería un perfecto desconocido para mí si no llega a ser por los chicos de BLB, que, aunque tampoco es que se pronuncien con mucha frecuencia (muchos cojeamos del mismo pie), son unos tíos bastante interesantes de los que se puede aprender no poco. Como una está ya algo mayor, se limitó en su día a ojear con cierta impaciencia El día que cambié a mi padre por dos peces de colores (estaba deseando ponerle la zarpa encima a los cuentos reunidos de Saul Below que estaban sobre la mesa) así que, en fin, no se puede decir que fuera una seguidora suya, a pesar de que lo que hasta entonces había visto de él sí me había gustado. Es todo culpa de mi mala educación visual., qué se le va a hacer. Total, que con esto de la peli, Coraline, han reeditado la novela (oh, siii. Letras y letras impresas todas seguidas) y por fin he podido disfrutar de Gaiman sin esfuerzo. Ya. Todo esto son chorradas. Pero los ignorantiños como yo nos entendemos.

Resumiendo, que me he leído Coraline, vamos.

Como todos lo libros escritos para el público juvenil, o infantil o lo que sea, no sólo se deja leer por adultos, sino que da gusto hacerlo. Me imagino que todo el mundo sabe ya de qué va, así que me ahorro el resumen, que sólo ocupa espacio. No he visto la peli y, llamadme prejuiciosa si queréis, pero seguro que el libro es mejor. Por supuesto es ágil, entretenido, relativamente novedoso en cuanto al desarrollo de la acción y, aunque Coraline sea una niña un poco resabida, también es uno de esos libros en los que los buenos caen bien y los malos, mal. Como debe ser. Se lee rápido, o sea, que las excusas de “no tengo tiempo para leer” no valen. Y no sólo porque sea corto, claro. Es que es de esos de “bah! Otro capitulillo…”

En fin. Aquí se queda mi primera recomendación veraniega. Y si tenéis hijos, primitos, hermanitos, sobrinos o algo, antes de llevarlos al cine (si es que no lo habéis hecho ya) regaladles el libro (como hicieron conmigo jajaja). Les gustará.

¡Y lo que os ahorráis en palomitas!

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