12 septiembre, 2007

UNA PANTERA EN EL SÓTANO

Cuando los egipcios hablaban de Israel se referían “al pueblo de Israel”.
Cuando los judíos hablaban de Israel, se referían a la Tierra Prometida.
Sólo con esto ya se podía adivinar que iba a haber movida.
La zona a la que los judíos se referían era, en época de los egipcios (Ramses II y toda la pesca) una zona de paso que no se sabía muy bien a quién pertenecía (egipcios, filisteos, sumerios, etc.) Hasta que un buen día, los hombres de las tribus que se denominaban a sí mismos Hijos de Israel, o sea, descendientes de Jacob (según el relato bíblico, su nombre fue cambiado por el de Israel, “el que pelea con Dios”) se rebelaron, consiguiendo conquistar así la ciudad de Jericó (que era la ciudad más importante de este conflictivo territorio) y las regiones que la rodeaban.
Con todo, los judíos no dejaban de ser una tribu que poco tenía que hacer contra los grandes imperios de afán conquistador. Así, estuvieron bajo el domino de Asiria, Babilonia, Persia, Macedonia, su heredero el Imperio Seléucida, Roma y Bizancio. No hace falta decir que, salvo los seléucidas, todos fueron echando poco a poco de allí a los judíos. Especialmente los romanos.
Los judíos no estaban muy contentos con los impuestos que estos les exigían ni con algunas imposiciones religiosas que pretendían introducir. Tras una primera revuelta, los judíos se salieron con la suya; pero sólo temporalmente. Hubo dos revueltas más y al final se les expulsó masivamente del territorio. Los romanos rebautizaron a la región como Palestina.
Después de Bizancio, esta tierra fue dominada por varios estados islámicos (exceptuando el periodo de las Cruzadas, cuando se estableció el Reino de Israel) y a continuación y durante cuatro siglos (hasta 1917) perteneció al Imperio Otomano.
Entre aquella emigración masiva causada por los romanos y el final de este último imperio, evidentemente, pasaron muchas cosas. De hecho, a finales del siglo XIX, los judíos volvían a ser mayoría en Jerusalén ¿Cómo fue posible? Pues porque los judíos no se quedaron de brazos cruzados todo ese tiempo. El exilio al que se vieron sometidos tras ser expulsados por los romanos se conoce como diáspora. Los judíos que la sufrieron anhelaban regresar a su tierra y así, a lo largo de los siglos, hubo diferentes oleadas migratorias hacia allí. Pero fue justo en el XIX cuando más se notó el retorno.
En la Europa de aquella época, el esplendor de los imperios tocaba su fin, y comenzaron a surgir con fuerza los nacionalismos. En ellos se apoyaron los sionistas, que defendían que los judíos eran un grupo nacional y no un grupo religioso, por lo tanto necesitaban establecer una patria propia. ¿Dónde? En la vieja Palestina, que aún pertenecía a los turcos. Estos, por otra parte, en un principio, no estaban muy disgustados con la entrada de judíos en su territorio; al fin y al cabo los judíos tenían pasta para comprar las tierras y ellos las vendían encantados porque no consideraban que aquel territorio valiese gran cosa. A los que no les hacía tanta ilusión era a los árabes que estaban allí asentados.
Para agravar la situación, en Europa surgieron un par de corrientes más: el antisemitismo (Los nacionalistas decían “Un pueblo, un Estado” ¿Y quienes no tenían un Estado? ¡Bingo!) y el fascismo.
Así que venga a emigrar a Palestina. Y los musulmanes venga a mosquearse.
En 1917 parecía que las cosas iban a empezar a ir bien para los judíos, por fin. El Ministro de Asuntos Exteriores británico promovió la idea de que se crease allí el ansiado Estado de Israel (tenía sus razones interesadas, que nadie se piense que lo hizo por altruismo) Una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones estableció allí el Mandato Británico.
Los británicos se metieron en un follón: Por un lado durante la Guerra habían prometido apoyo a los judíos y por otro prometieron a los árabes que obtendrían la independencia para crear un Estado árabe unido.
Así que los judíos estaban algo mosqueados con los ingleses.
Y los árabes también, of course.
Los árabes atacaron a las comunidades judías. Los judíos atacaron a las comunidades árabes.
Después llegó la Segunda Guerra Mundial y los británicos dieron un poquito más la espalda a los judíos abandonando la promesa de favorecer la formación del Estado Judío y dificultando la inmigración a Palestina (incluso mandaban de vuelta a Europa a muchos judíos que intentaban huir.) Su Mandato expiraría en 1948. En Palestina no resultaban nada simpáticos.

Este es justo el ambiente en el que se desarrolla la historia que cuenta Amos Oz en Una Pantera en el sótano.

Profi es un niño de unos doce años que lucha por la creación del Estado Judío en 1947. Los británicos son el enemigo, pero él accede a darle clases de hebreo a un militar a cambio de clases de inglés. Profi lo hace en realidad no sólo para aprender el idioma, sino para ayudar a la resistencia (el grupo LOM, constituido por él y un par de amiguetes) sonsacándole al británico información privilegiada. Pero su comando no lo entiende y le acusan de traidor. Profi está hecho un lío. Sobre todo porque siente simpatía por el britanico. A partir de ahí, en todos sus actos ve cierta traición hacia alguno de sus seres queridos. Hacia el británico. Hacia la hermana mayor de uno de los otros niños. Hacia sus propios padres. Y empieza a cuestionarse cosas que nunca antes se había planteado.

No sé si hace falta que diga, con lo blandurrona que estoy últimamente, que este libro también me ha gustado mucho. Me lo leí juntando horas de un día (no llega a las doscientas páginas). Su prosa está muy bien construida, sin adornos superfluos, como a mí me gusta. Está contada con ternura, pero no de forma ñoña.
Y, lo mejor de todo, es un libro que da que pensar...

NOTA: Todo ese rollo histórico lo he soltado por si alguien le pasaba lo que a mí, o sea, por si estaba muy verde en el tema.
Cada vez que veía el telediario (y esto es desde hace mucho tiempo) ponía cara de haberle dado un mordisco a un limón mientras me preguntaba "¿Pero de dónde sale todo esto?" Así que este libro me ha dado el "empujoncito" para enterarme del todo (sólo tenía nociones confusas de la historia a partir de los setenta, que no era mucho...)
En fin, ahí queda.

7 comentarios:

Jorge López Fernández dijo...

Muchas gracias por la clase de historia, seño. ¿Cuándo es el examen? Y yo que pensaba que ya había acabado hoy con los que me quedaban... :S
El libro quizás no esté mal, pero el desarrollo de la historia parece un poco trillado, ¿no? Una persona que conoce personalmente a alguien del bando enemigo entablando amistad con él hasta el punto de cuestionarse sus principios y los motivos por los que combate. Imagino que tendrá muchas más cosas que lo compensen, porque sino no le habría gustado a nuestra Anikaa. ;-)

Anikaa dijo...

Jajajaja
¿Y qué tal te ha salido tu examen?
Espero que sin problema. ¡Que sea una menos!
A mí no me pareció tan trillado...no son sus motivos para combatir lo que se cuestiona. Es sólo un niño de doce años: el se pregunta sobre el hecho de traicionar. Si por tomarle cariño a alguien estás traicionando a otra persona, si por ver algo casualmente traicionas a la persona a quien descubres haciendo algo que no quisiera que saliese de lo privado... este tipo de cosas. Lo curioso del libro es seguir las reflexiones del chaval, que de pronto se asusta un poco de sus pensamientos, porque no sabe sin son "buenos" o "malos". Además es muy majete xD
Y está tan bien escrito... :) :)

Jorge López Fernández dijo...

Pues no me salió demasiado bien, la verdad. Yo creo que me da para aprobar, y con eso me conformo. Tantas fórmulas y convoluciones logran que me pierda, no comprendo las aplicaciones ni el sentido que tiene lo que estoy haciendo, y así me cuesta asimilarlo. Es mi sino. Hay gente que se chapa las fórmulas y le importa un pito si valen de algo, pero yo no puedo estudiar sin más algo que veo inútil, al menos con los conocimientos que tengo en ese momento. Bueno, no te desbarro más, que este blog es de libros, no sobre informáticos resentidos. xD
Si está tan bien escrito, ya es un importante punto a favor. Y por lo que dices parece que todos esos hechos influyen en la creación de la propia ética del chico, y no simplemente en una serie de juicios. Gracias por recomendármelo, pero hoy compré libro nuevo (¿Cuánto hacía que no me compraba uno? ¿3 meses? ¿4?). Es de Punset, 'El viaje al amor', y creo que puede estar interesante, sobre todo para alguien que ve tan plausible la teoría del determinismo como yo (ojalá no me pareciese tan acertada en algunos aspectos). Ya te contaré qué tal está, su anterior libro me gustó, aunque a mi ejemplar le faltaban 20 páginas. xDDDDDD
Por cierto, ya me dieron una nota, un 8'2. Una menos.
¡Saludos!

Anikaa dijo...

¡¡¡Un 8,2!!! Enhorabuena...
Y, el otro... ¡bueno! Yo creo que lo importante es sacárselas de encima...
COn respecto a lo de Punset, pues eso, ya me contarás qué tal. A mí el anterior también me gustó, sobre todo el capítulo de los psicópatas... ¡comprendí tantas cosas! xDD
Con respecto a lo de que te faltan veinte páginas, yo te diría que le escribas a la editorial comentándoselo. Yo lo hice con Alfaguara hace años (porque había comprado el libro en una Feria del libro de Santiago, cuyo nombre ni siquiera recordaba) y me dijeron que se lo mandase y que ellos me lo reemplazaban. Así que yo que tú...
¿Así que determinista? eso es muy poco divertido,¡hombre! Con el juego que dan las casualidades...(mira Médem) ;)

Jorge López Fernández dijo...

Gracias por la enhorabuena. ^_^
Es cierto, el capítulo de los psicópatas era muy interesante. Ahora ya comprendemos mejor a Hannibal Lecter y Norman Bates. ;-)
Pues no sabía que la editorial me podía ayudar con el problema del libro. Pensé que sólo me lo cambiaría la tienda, y como ya había tirado el ticket, pues nada, ahí me quedé, con 20 páginas menos. Tendré que probar a ponerme en contacto con ellos.
Para casualidades yo citaría a Paul Haggis por 'Crash', aunque Médem también me vale. ;-)
A ver si acabo de una vez el libro que estoy (estaba) leyendo sobre cine y empiezo con el de Punset, que me interesa más.
Por cierto, acabo de actualizar el blog, por si quieres echarle una ojeada.

Jorge López Fernández dijo...

¡Oh!, ¿y la pantera, Anikaa? Quedaba muy bien en esta entrada.
Ya acabé de leer el libro sobre cine, así que esta noche comenzaré con Punset. Aparte tengo tres números de la revista 'Cahiers du Cinema' por leer. Muchos textos pendientes. :S
Y pon más entradas, que yo echo de menos leer algo nuevo en este blog. :P
¡Un saludo!

Anikaa dijo...

:) Bueno,al final he conseguido libros. Y ya me he leído cuatro... pero pensaba "reservarme" para octubre (siguiendo un buen consejo de mi webmaster xD). Es que una vez que empiece el curso no voy a poder leer mucho :s (y entonces sí que voy a postear poco)
Ya veré qué hago, aunque ya que lo dices, podría ser que mañana haya algo (no me gusta hacer afirmaciones rotundas, por si acaso:) )
Yo puede que me compre el número de este mes de Cahiers. Odio cuando se homenajea a la gente cuando la palma, pero un dossier sobre Bergman, es lo que es. Y aunque poco he visto de su obra (y no todo me ha gustado)es un fulano sobre el que me interesa saber...
Una vez más, ya veré :)
¡Saludos!