16 julio, 2005

PARÍS ERA UNA FIESTA.

Hemingway. Sospecho que, de haberlo conocido, no me habría caído muy bien, pero le agradezco profundamente que haya escrito esta… “novela”. Lo escribo así, porque, en realidad se trata de veinte cuentos que no siguen una trama. Capítulos de su vida y de la historia del París de los años veinte. No se publicó hasta después de que el autor se hubo suicidado y al parecer empezó a escribirlo porque treinta años después de todo aquello, volvió a París y en el Ritz le devolvieron una caja de apuntes que se había dejado allí. Curiosa historia, ¿no? En París empezó su carrera de escritor, y aunque hay mucha gente que lo acusa de ser más periodista que novelista, yo me quedo con la opinión de que era un gran… bueno, “descriptor” no existe, pero vosotros me entendéis fijo. Y es que esa capacidad de observación suya hace que parezca que en lugar de estar leyendo, estás allí mismo. Vale… ¡exagero! Dejémoslo en que parece que estás viendo una peli…Su lectura es fácil, agradable y está llena de frases de esas que llaman la atención por su belleza estilística (¡ja! Muy profesional…) Habla de la vida junto a su primera mujer (“antes hubiera querido haberme muerto, que haberme enamorado de otra” dice. Si no llega a ser por lo que aprendí un poco de los humanos leyendo esto, habría pensando, con mi típica vena intolerante “pues podías no haberte muerto, pero si haberte mutilado algo en vez de darle por…” En fin. Soy muy radical y extremista… ¿y a qué viene esto?) Sigo. Habla de la vida bohemia de los artitas, de Ezra Pound, de Figeraltz, de Stein…artistas americanos de la “generación perdida” con los que compartía amistad, sueños… Habla también de su afición a las carreras de caballos, de los puestos de libros de segunda mano que frecuentaba, de las cafeterías donde escribía y se reunía con los otros, del vino francés… de un montón de cosas que me dieron una envidia horrible!!! No se sabe qué cosas de las que allí cuenta son realidad y cuáles son ficción o una realidad muy subjetiva y adornada, pero la verdad, tampoco es algo que importe.
Bueno, hoy estoy algo imprecisa (tantas comillas y puntos suspensivos) pero es que estuve echando un vistazo para ver sobre qué podía escribir… y cuándo lo ví, me acordé de muchas cosas. Me provocó muchas sensaciones este libro. Buenas, además.
Dice Hemingway en el último párrafo “París no se acaba nunca y el recuerdo de cada persona que ha vivido allí es distinto del recuerdo de cualquier otra. (…)Yo he hablado de París en los tiempos primeros, cuando éramos muy pobres y muy felices” Supongo que lo mismo pasa con la lectura de estos relatos…ya me contareis (a ver si de paso hacéis uso de la posibilidad de hacer comentarios…¿no? Es una sugerencia…) Venga, ¡que os sea leve!

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