17 diciembre, 2013

MARZI (SYLVAIN SABOIA- MARZENA SOWA)


Venga, va.  Lo voy a hacer. Va por ti. Siento que sea un churro pero la verdad es que tienes razón y ¡qué demonios! el cómic está genial. Vale la pena pregonarlo a los cuatro vientos. Por lo menos lo voy a intentar. (Bueno, decir que esto es cuatro vientos…)

Entré en la tienda a por un cómic para los chicos BLB y salí con Marzi egoístamente aferrada a mí.  Marzi 1984-1987: la Polonia comunista vista por una niña. Era irremediable.  Flechazo.  El título, los dibujos, la letra abundante (sigo con mi falta de educación visual a cuestas, parece mentira), el hecho de ser la historia de una chica de más o menos mi edad en un país como Polonia que, vete tú a saber porqué, es un país que siempre me llamó la atención y del que apenas sé nada… En fin, estaba hecho. Luego resultó ser que del tema del comunismo allí poco he podido aprender porque, al fin y al cabo, una niña de ocho años tampoco puede ofrecer una visión muy amplia del tema, pero, la verdad, al final eso da igual. Se ven los detalles cotidianos y se intuyen algunos hechos históricos. Suficiente. En realidad hablar del comunismo no es el objetivo, sólo el contexto. Igualmente no cometí un error comprándolo y hasta me atrevo a afirmar que es de lo mejor que he leído este año.

La historia está dividida en capítulos cortos que cuentan anécdotas independientes: jugar o pelearse con las amigas, hacerse los agujeros de los pendientes, jugar a que los dibujos de la alfombra son carreteras, ir al pueblo de los abuelos en vacaciones, aguantar misas aburridas, pasar la Navidad en familia (este capítulo concretamente está muy chulo porque explica unas tradiciones muy curiosas), tener miedo porque los mayores están visiblemente preocupados y no te explican nada… Cosas, en definitiva, que todos podemos entender aún. Y no es sólo que nos acerque nostálgicamente a otros tiempos y que podamos empatizar con Marzi perfectamente en muchas situaciones, es que algunas están contadas de una forma tan graciosa que al menos una carcajada se acaba escapando entre muchas risitas por lo bajini. Los dibujos son intachables y contribuyen en buena medida a esto que digo. En fin… Que me ha gustado un montón, hasta para releer más adelante. No hace falta decir que es un regalo excelente para estas fechas (y para cualquier otro momento, claro).  Además, por suerte para todos nosotros,  ¡hay otros libros de Marzi! Marzi 1989: la Polonia comunista vista por una niña ya está publicado en español  y, esto no hace falta decirlo, supongo, está igual de bien. Sigue la misma estructura y se puede leer independientemente de que se haya leído el otro. Otra cosa es que una vez leído uno, quieras leer el otro a toda costa (como fue mi caso. Por suerte, los chicos de BLB estuvieron atentos, así que tengo mucho que agradecerles). Resumiendo: ¡altamente recomendables!

Nada más que añadir. Diría que intentaré ser más constante pero apuesto a que, al final, este blog se acabaría pareciendo al cuento de Pedro y el lobo y eso sería muy triste. Dejémoslo en que seguro que después de esta, habrá otra entrada. Cuando sea, aquí nos vemos…

10 julio, 2012

EN AZÚCAR DE SANDÍA (RICHARD BRAUTIGAN)





Qué libro tan triste... Muy disfrutable, pero triste. Delicioso. Para tardecita de sofá. O hamaca o tumbona a la sombra. Para leer en silencio y, si se puede, del tirón. Y luego, al cerrarlo, quedarse un ratito pensando...

El protagonista es un hombre que vive en un lugar llamado yoMUERTE, un pueblo surrealista y lleno de encantos imaginativos, muy al estilo de Vian: objetos extraños y abstracciones literarias que se nos presentan como lo más natural y cotidiano del mundo... Aparentemente allí reina la tranquilidad de espíritu, todo el mundo es feliz y está en paz. Todos, excepto unos cuantos (enHERVOR y su cuadrilla) que se van a las afueras, un terreno de extensión desconocida llamado Olvidería, a planear la forma de abrirles los ojos a sus vecinos. La Olvidería es un sitio que en el pueblo tienen por molesto, lleno como está de objetos que no saben, o no quieren recordar, para qué sirven. Parece que en yoMUERTE la vida se rige por el impulso de seguir adelante sin mirar atrás, que nada pasado tiene ya el más mínimo significado. Y también parece que la Olvidería tiene el poder de cambiar las cosas, la forma de sentir y de ver lo que rodea la vida de uno.

Digamos que el yoMUERTE que nos presentan está entre dos periodos concretos: primero, un tiempo no tan lejano, cuando sufrían la amenaza permanente de unos tigres que mataban sin piedad y que, por lo tanto, tenía a los habitantes constantemente enfrentados con la crueldad más salvaje. Este periodo está muy presente a lo largo de la novela en los diálogos de los personajes, pero como si se tratase de una nube difusa, de algo muy distante a pesar de que ellos mismos lo han vivido. En segundo lugar, un tiempo que está por venir o, mejor dicho, que está viniendo poco a poco; el tiempo que les “regala” enHERVOR, el choque de su vida de ensueño y fantasía con la verdad, con la parte oscura y triste de la vida. No es que los personajes se den cuenta, al final del libro permanecen en su indolencia, pero el lector lo adivina. Bueno, quiero pensar yo que lo que pasa en el libro no puede suceder sin dejar huella, vaya.

No voy añadir nada más porque no me gusta entrar en detalles. Lo leí sin saber nada y así es cómo querría volver a leerlo. Yo ya no puedo; vosotros, aún estáis a tiempo.

06 febrero, 2012

CLAROSCURO (NELLA LARSEN)


Esta es la historia, narrada en primera persona, de cómo cambió para siempre la vida de Irene Redfield.  Y a mí, personalmente, me ha encantado. No es porque me haya enganchado con esa urgencia de conocer el desenlace que tanta agitación provoca en uno, si no porque cada frase (y aquí viene algo que seguramente quede cursi) destila tanta armonía… ¡Hacía tiempo que no me sentía tan “envuelta en palabras”!


Irene es una mujer de clase media-alta del Harlem de los años veinte. Su piel es tan clara que fácilmente podría pasar por blanca y, a veces, lo hace para poder acceder a determinados lugares en los que no se permite la entrada a los negros. Fuera de estos momentos puntuales, Irene vive una vida plena sin rehuir para nada su identidad racial. En una escapada a Chicago, donde viven sus padres, se reencuentra con Clare Kendry. Clare había sido amiga suya durante la infancia y tras la muerte de su padre se había mudado de barrio y se habían perdido la pista. Irene y Clare comparten la mismas cualidades cromáticas pero no sus modos de vida. El encuentro es al mismo tiempo agradable y confuso para la protagonista. Su amiga se ha convertido en una mujer espectacular y, pese a haberse casado con un blanco racista al que oculta sus orígenes, parece muy dispuesta a retomar el contacto. Irene no sabe muy bien como posicionarse… Clare la atrae y la repele a partes iguales, pero tiene tal capacidad de persuasión que inevitablemente se cuela en su vida.

La novela está publicada por Contraseña (hay que seguirle la pista a esta editorial, en serio) y es una verdadera joyita.  No sé si alguno de los que me leéis (si es que aún me lee alguien, digo) conoce a Nella Larsen pero la verdad es que debió de ser una persona bastante interesante. Una lástima que abandonase la literatura… Yo no voy a copiar lo que fácilmente se puede leer en la wikipedia, pero sí os animo a leer este libro (y os animo mucho) porque hasta el prólogo, donde habla de ella, no tiene desperdicio.

03 febrero, 2011

LA SEÑAL Y OTROS RELATOS. VSÉVOLOD GARSHIN



Soy consciente de que me quejo muy a menudo de lo que me cuesta escribir un post, pero es que es muy difícil sentarse aquí delante y decir algo que pueda despertar el interés de alguien (que al fin y al cabo es lo que se pretende). Cuando escribo sobre un autor conocido resulta algo más fácil, dudo menos sobre qué decir. Sin embargo la mayoría de las veces acabo escribiendo sobre el primer libro que leo de tal autor y en esas circunstancias ser lo suficientemente generalista para no destripar el libro es un riesgo muy incómodo. No sé si me explico…
Esta vez, como casi siempre, sé qué libro voy a comentar (también si no lo sé a estas alturas…) pero ni idea de qué decir sobre él. Sólo que lo recomiendo a todos aquellos a quienes les gusten las recopilaciones de relatos bien contados, los personajes en situaciones extremas, atormentados, o que viven en una época que no entienden, los personajes que sucumben resignados a su destino o los que se niegan a hacerlo y los que miran a su alrededor sorprendidos de lo que ven. Se lo recomiendo a quienes les guste la literatura rusa del XIX y (¿por qué no?) a quienes ni siquiera hayan leído a Chejov. No porque sea un libro que me haya marcado especialmente, pero sí porque vale la pena seguir su prosa equilibrada (oy, qué blablablá suena todo esto, ¿no?) y porque deberíamos conocer a Garshin, que creo que no es demasiado popular por aquí y me sorprende que sea así. También puede ser que sea que yo vivo en la inopia y resulta que el tipo está hasta en la sopa. Pero no creo.
La cuestión es que La señal y otros relatos se compone de un prólogo (bastante extenso y relativamente útil) y de nueve relatos interesantes y desoladores (que es una característica muy rusa que me encanta) entre los que quiero destacar Cuatro días (sobre un herido en batalla que espera la muerte o el rescate al lado de un cadáver en descomposición), El cobarde (sobre un chico que no entiende la guerra y sin embargo tiene la obligación de participar en ella) El encuentro (cuyo protagonista está lleno de ilusiones y esperanza hasta que se encuentra con un viejo conocido que le explica como funciona el mundo) y, por supuesto, La señal, que es genial en muchos sentidos.
Y aquí lo dejo. Pongo también un enlace para que leáis sobre el autor. Me ha parecido (¡¡Y dale!!) que sería interesante conocer algunos datos:
Como siempre, si alguno se anima a leerlo, o ya lo ha leído y se aburre, vuestra opinión me interesa…

23 diciembre, 2010

VERCOQUIN Y EL PLANCTON (Boris Vian)


Los de la editorial Impedimenta han tenido a bien publicar por primera vez en España esta primera o segunda novela (los adjetivos se los pondré luego) de mi adorado Boris Vian. Que majos. Cuanto he disfrutado gracias a esta idea suya…

Vuelve (o más bien comienza, si utilizamos su orden y no el mío) el Vian onírico (no el más onírico, pero si lo suficiente como para considerar esta novela de las del  grupo de La hierba roja o El arracacorazones y todas esas.) Y vuelven esos personajes inocentemente sádicos que sorprenden, evidentemente, con sus actos y actitudes. Me chifla, no lo puedo remediar. Leer a Vian es desconectar de este mundo para ir a uno parecido, pero raro.

En la primera parte (tiene tres) se presenta al Mayor y a su amigo Antioche en la preparacion y desarrollo de una surprise-party que tiene lugar en la casa del Mayor. En este tipo de fiesta, entendemos, los jóvenes conseguían evadirse de la ocupación alemana en el siempre estival Paris  de primeros años de los cuarenta. Como  para no hacerlo. Las  surprise–parties  son totalmente desenfrenadas y salvajes. Fiestones en toda la dimension de la palabra… Sexo, jazz, swing, alcohol y muchísima gente bastante alocada. El Mayor se propone conquistar a la joven Zizanie y con la ayuda del infatigable, ligon y gran bebedor Antioche lo consigue finalmente pero, para obtener su mano, ha de pedir permiso al tutor y tio de ella. Fin de la primera parte. Los medios para conquistarla y los sabios consejos acerca de como ligarse a una chica con novio es mejor que los lea cada cual sin destripamiento previo. Evidentemente todo eso es bastante gracioso. Y una bestialidad.

En la segunda parte se dan a conocer los entresijos del funcionamiento de la C.N.U (parodia de la Asociacion Francesa de Normalizacion en la que trabajaba Vian) y al sub-ingeniero Miqueut (el tio de Zizanie) un señor cuadriculado, antipatico, asocial y completamente obsesionado con su trabajo, al que Antioche tiene como misión convencer de que entregue la mano de su sobrina al Mayor. Tarea que lleva su tiempo y que resulta realmente difícil de conseguir.

Me queda hablar de la tercera parte pero creo que seria contar demasiado… Y me gusta dejar las cosas con intriga. No se si asi lo conseguiré, pero esta claro que si la cuento, no habrá ningún misterio.
En fin, solo me falta ponerle adjetivos a la novela.  Y solo se me ocurren obviedades. Lo voy a dejar en que aquí esta Boris Vian en estado puro. O, sea, bastante genial. No diría que llega al nivel de La espuma de los días, pero es que claro, esa es de mis favoritas.  De hecho, si alguien me pide que le recomiende un libro puedo entrar en un bucle infinito del tipo: “¡¡¡El conde de Montecristo!!! ¡No, espera! ¡¡¡La espuma de los días!!! ¡No! El conde de Montecristo! ¡¡No, no!! ¡La espuma de los días! ¡¡¡¡No!!!! …”  Vercoquin y el plancton no esta en esa categoría, subjetivamente hablando, pero creo que es un libro a tener muy en cuenta si se tiene la oportunidad de leerlo. De hecho, incluso diría que es un libro por el que vale la pena buscar esa oportunidad (pero vamos, es la opinión de una fan incondicional. Eso si, con sentido, que hay otras novelas de Vian que me parecen bastante prescindibles) Asi que ahí queda eso.

Aprovecho para felicitaros las fiestas. No gruñáis mucho. ¡¡No están tan mal!!

NOTA: Se que faltan tildes. Es por el ordenador, que esta rebelde. Lo siento.

27 noviembre, 2010

PASANDO FATIGAS (Mark Twain)

En lo últimos meses no he estado muy acertada con mis elecciones literarias. No es que haya sufrido horriblemente, pero la verdad es que me he decidido por unos cuantos libros que ni fu ni fa. Por suerte, los chicos de BLB tienen mejor ojo... Fueron quienes me pusieron delante un libro de Mark Twain (momento confensión vergonzosa: nunca había leído nada suyo.) Así que les debo algún brebaje cuidadosamente preparado o una recomendación tan buena como la suya, por lo menos.
Pasando fatigas es la narración de las anécdotas (algunas increiblemente sorprendetes) que vivió el propio Twain durante su viaje y posterior estancia en Nevada allá por los mil ochocientos largos, cuando la fiebre del oro conquistaba los corazones de los aventureros y en Nevada no había casinos, ni nada de nada.

Al hermano del protagonista le asignan allí el puesto de Secretario del Estado y éste no duda en acompañarlo desde Missouri para ocupar, a su vez, el puesto de secretario del Secretario. Claro que este no será más que uno de los varios oficios que intente desarrollar (subrayo “intente”) el idealista y curioso Twain...

En un principio, la idea era permanecer el el far west unos tres meses. Pero la fiebre es contagiosa y la sensación de libertad demasiado abrasadora y sugerente, así que la aventura se prolonga durante varios años... Las historias que vive y cuenta son muy curiosas, igual que algunos personajes con los que se encuentra. Hay que reconocer que se ve que el hombre exagera (o eso quiero pensar) y que las mismas anécdotas contadas con otras palabras (ya os habréis dado cuenta de la importancia que le doy a cómo están expresadas las historias que leo, me repito como los ajos...) no serían tan graciosas. Pero por suerte, lo cuenta con un lenguaje muy socarrón, describiéndose como un tío cándido a veces, patoso casi siempre (una calamidad, de hecho, capaz de incendiar hectáreas enteras por descuido ) y un poco cínico o...excéptico, según para qué. Y el resultado no tiene desperdicio. No por casualidad el título completo del caudarno de viaje es: Pasando fatigas. Un hilarante viaje por la fiebre del oro. Así que ya veis, el título lo dice todo. Yo sólo puedo confirmar que no miente y añadir palabrería barata. Y como nunca sé muy bien qué puedo contar sin destripar las cosas, voy a hacer algo muy muy malo y copiar un trocito para que veais a qué me refiero (una muestra muy pequeña que, espero, os guste lo suficiente como para que no podáis dormir hasta haberlo leído):

“Yo iba armado hasta los dientes con un enternecedor, insignificante y diminuto Smith de siete tiros, del calibre idéntico al de las grageas homeopáticas; era necesario apretar siete veces el gatillo para que la dosis fuera de adulto. Mas a mí se me antojaba un arma letal, cuyo único inconveniente era la imposibilidad de hacer blanco con ella. En cierta ocasión, uno de los mayorales de la diligencia la utilizó contra una vaca; mientras las bestia estuvo inmóvil, no corrió ningún riesgo, pero al empezar a menearse, se convirtió en un blanco inseguro y el proyectil la alcanzó.
El Secretario llevaba revolver al cinto.Era un Colt de calibre pequeño, que le serviría de defensa contra los pieles rojas, pero al que, por precaución,para evitar posibles accidentes, no había cargado.”

Entiendo que igual es demasiado corto para surtir el efecto deseado, pero no para daros una idea de qué linea sigue la narración. Si os ha gustado, ya sabéis cómo conseguir más.

08 septiembre, 2010

LA INTERPRETACIÓN DEL ASESINATO (Jed Rubenfeld)

Una vez más, después de tanto tiempo, se me hace muy duro volver a postear. Bien merecido lo tengo, por vaga. Ahora no sé qué escribir ni cómo hacerlo, así que preveo un churro. Pero o despego o cierro. Y cerrar me da pena, así que…

¿Por qué volver hoy? Pues porque ¡por fin! he terminado de leer (lo terminé ayer por la noche) Contrato con Dios. Es una señal, claramente. Creo que es el libro que más tiempo me ha llevado leer… Y eso que está bien (recomendado queda. Es una novela gráfica de Will Eisner, con dibujos en blanco y negro y tres partes que tratan sobre distintos momentos y habitantes de la Avenida Dropsie, con sus alegrías y desdichas. Hace un retrato bastante descarnado de la vida en general y en concreto de la situación de las clases obreras y de la convivencia entre judíos, italianos, hispanos e irlandeses en un barrio pequeño del Nueva York de los años treinta. En la última parte viaja incluso un poco en el tiempo, explicando la historia del barrio. Su idiosincrasia, digamos. No sé por qué me ha llevado tanto acabarlo… La pereza que da lo diferente, supongo.)

Evidentemente, leí otras cosas por el medio. No muchas, pero sí algunas. Queda pendiente una entrada sobre La pesca de la trucha en América, de Richard Brautigan, por ejemplo, que es un libro bastante desconcertante y me pilla ahora mismo muy desentrenada. A ver si esta vez es verdad que me voy a poner en forma y en poco tiempo hablo de él, porque realmente es digno de algo más que una simple mención. Pero en fin, a lo que voy. Aunque hace tiempo que lo leí, ahora voy a escribir un poco sobre un libro muy ameno que me han regalado: La interpretación del asesinato, de Jed Rubenfeld. Es un libro trepidante que engancha muchísimo. La historia se centra también en Nueva York y también en los mismos años de la novela de Eisner, pero los personajes pertenecen a otra esfera social y la cara de la ciudad es bien distinta: gente rica que vive en rascacielos de lujo. En uno de ellos, la misma noche que Freud, Jung (un tipo verdaderamente inquietante y sombrío) y otro discípulo suyo, Ferenczy, llegan a la ciudad para dar una conferencia sobre el psicoanálisis, asesinan a una chica. Parece que a alguien se le fue de las manos una noche de pasión un poco atrevida, pero cuando al día siguiente aparece otra joven, Nora, inconsciente y en un escenario similar, el asunto apunta ya a que hay un sádico suelto… La cuestión es que Nora está traumatizada y no recuerda nada ni es capaz de hablar. Un psiquiatra supervisado por el propio Freud es el encargado de develar el misterio que, si no recuerdo mal, tiene bastante miga.

Como siempre, creo que no me quedó tan emocionante como verdaderamente es la novela, pero fiaos de mí: está genial. Os lo recomiendo muy especialmente para esas temporadas de necesidad de lecturas ligeras. Para desconectar del mundanal ruido, como suele decirse. Y es un buen regalo para aquellos a los que no les emociona especialmente leer, pero que no tienen alergia a los libros…